¿Por qué debo traducir mis contenidos si ya los entienden?
Muchas empresas se hacen esta misma pregunta. Si el público objetivo de nuestro sitio web es capaz de comunicarse en mi idioma, por qué debería yo gastar tiempo y recursos para traducir los contenidos a su lengua madre o a su variante del idioma.
Y la respuesta es aplastántemente sencilla: “Donde fueres, haz lo que vieres”.
Dicho de otro modo: respeto.
Cuando nos dirigimos a un público cualquiera, le estamos rogando que nos preste atención. Sea cual sea el objetivo de nuestra web, le pedimos algo a cambio. Puede ser ayuda (una ONG), puede ser que les vendamos algo (una tienda en línea, un servicio…), puede ser su tiempo (una página de juegos o de entretenimiento, un blog que queremos que lean…), su devoción (unos “me gusta” en el canal de Youtube, un compartir en alguna red social…) o un largo etcétera. Sea como fuere, pedimos algo a cambio de nuestros contenidos, que no tiene por qué ser necesariamente nada material.
Absolutamente todas las personas de todo el mundo prefieren, sea de forma reconocida o no, usar su lengua materna a la hora de ver (audiovisual), escuchar (audio) o leer cualquier tipo de contenidos. Es una cosa tan simple que la mayoría de las veces la damos por hecha. Pero no lo es ni por mucho.
Si por ejemplo decidimos ampliar nuestro negocio de España a América de sur, a los países de habla hispana, es una falta de respeto enorme no adaptar todo el texto a sus formas tanto gramaticales como de vocabulario (donde escribamos “coger” van a entender “joder”).
De igual modo, si queremos “vender” nuestra web en Quebec, deberá estar tanto en inglés canadiense (“first floor”) como en francés canadiense, no en inglés británico (“ground floor”) y francés de Francia. Y si nos dirigimos al País Vasco hemos de publicarlo en vasco y en castellano (“leiho” y “ventana”), como en catalán y en castellano en Cataluña (“lleó” y “león”). Por eso necesitas un traductor profesional.
Si un amigo nos invita a comer a su casa y no le gusta el champán sino el vino, evidentemente podemos llevar una botella y bebérnoslo nosotros. Pero ¿nos presentaremos en casa de nuestro amigo solamente con la botella de champán o llevaremos una de vino para él y otra de champán para nosotros mismos? Sirva esta metáfora para entender perfectamente el párrafo cuarto: encima de que nos invitan a cenar ¿es vamos a faltar al respeto no llevando nada para ellos?
Éste es el sentimiento que todos tenemos cuando alguien intenta captar nuestra atención en nuestra casa (recordemos siempre que estamos hablando de contenido dirigido a ésa audiencia diferenciada en particular) sin darnos la opción de expresarnos en nuestra lengua madre. Si no hablamos ni J de inglés, ¿¿¿¿qué pensamos de las empresas extranjeras que no se molestan ni en adaptar, ni tan siquiera en traducir los anuncios a nuestra lengua…????
Donde fueres haz lo que vieres. Respeto. “Ya que me dirijo a ustedes con intención de X, permítanme que lo haga en su lengua madre…”.
¡Desde nuestro servicio lingüístico en Endeos os ofreceremos la mejor traducción o adaptación lingüística!
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